Contemplar, dejar mi mente en blanco y observar a la gente. Perderme y volverme a encontrar. Dejar que mis adentros me impulsen a otros lugares, a lo desconocido. Aprender a callar lo que debo callar y a mostrar lo que necesito, me apetece y debo mostrar.
Me gustan las mujeres que se recogen el pelo con un moño mal recogido, improvisadamente, desenfadadas, y me gustan los hombres que se enamoran de esas mujeres. También me gustan los hombres que ven a través de mi piel y las mujeres que les agrada mi corazón y me lo hacen saber con amor.
Me gustan las personas que me miran fijamente a los ojos y me dicen “tengo miedo”. Me gustan los valientes sinceros, porqué cuando tienen miedo y lo muestran, el miedo se va.
Que lo des todo y cuando no puedas más, cansado, te vayas. Con el corazón en la mano una vez más. Valiente. Sabes que mis puertas seguirán abiertas.
Me gusta la bondad de las personas nobles. Sus corazones salpicando mi rostro me muestran que la humildad debe de estar escrita en mi piel con tinta imborrable.
Me gusta pasear por el bosque y escuchar sus susurros. Los árboles hablan y las hojas se acarician entre ellas. Ese árbol que ves a lo lejos, grande y robusto, anciano, todavía es joven. Me gusta que sonrías cuando lo roces con la palma de la mano y te sientas pequeño en este universo sagrado.
Me gusta que me recuerdes que no me olvide de mirar al suelo de vez en cuando para saber dónde estamos y que en la tierra distinga una sonrisa amiga agradeciéndome mi existencia. Tu existencia.
Me gusta el pelo ondulado y sus formas divertidas, rebeldes, salvajes.
Me gustan los libros secretos y los sabios que callan. Las miradas que se cruzan entre ellos son impagables.
Me gustan los botes de vidrio vacíos, siempre que sean de colores, de diferentes formas y tamaños, coleccionarlos. Me resultan bonitos cuando los dejo al aire libre y la luz del sol impacta en sus superficies, creando el resplandor colorido que desprenden sus cuerpos. Luces de colores.
Hay tantas cosas que me gustan que escribirlas sería desperdiciar mi tiempo. El tiempo que deseo pasar a tu lado.
Bàrbara Sarriera
(Imagen de Rula Sibai)
Qué bonita entrada! Gracias Barbara…
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Gracias a ti, Marta 🙂 es un placer poderla compartir contigo que aprecias estas palabras.
Feliz lunes 🙂
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Pues el sentimiento es recíproco, porque me has emocionado. No sólo es un texto sumamente hermoso, llega al corazón, pero lo hace con una energía muy especial, así como te intuyo a ti. Preciosas sensaciones me has regalado. Mil gracias! Ya te sigo, dichosa de saber que más cerca o más lejos hay almas nobles que me recuerdan que seguir fiel a mi esencia es lo mejor que puedo hacer. Un abrazo muy fuerte, Bárbara!
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Un gracias muy sincero por tus palabras, Silvia.. 🙂 Y si, por favor, sigue tu esencia siempre… sentir y crear.
Me ha alegrado mucho este encuentro (y espero que sean muchos más) 😉
Abrazote!
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Bárbara… me choqué con tú blog inesperadamente, pero cuando comencé a leer, me quedé… Me encanta tu blog, como escribes y me hiciste ser un nuevo seguidor…
Un besote, Mario
http://365diasyunamorperdido.wordpress.com
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Mario, gracias….gracias por tus palabras 🙂
Me paso ahora por tu rincón.
Un abrazo,
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Te he nominado a un premio: https://retazosalviento.wordpress.com/2015/02/13/saldando-dulces-deudas/
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Gracias! 🙂 Te contesté en tu post
Un abrazote!
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Tan pocas son las cosas que nos gustan lo suficiente para dejar pasar a otras que también nos gustan.
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