Otoño.
Espacio de cambios. Meditación consciente al corazón. Momento en que la tierra se recoge en calma, poquito a poquito, para dejar morir y volver a renacer.
Así como en uno mismo los cambios son los movimientos necesarios para una mayor plenitud, para un renacimiento interior. Sentir el fresco aire que se acerca en silencio, dejar que penetre en los pulmones para poder vaciar antiguas creencias, para limpiar. Dar espacio. Y deshacerse de todo aquello que nos impide un crecimiento espiritual. Nos desprendemos de aquello que ya no nos aporta vida, abrimos la mente, calmamos el corazón y nos preparamos para un intenso y cíclico cambio. Mantenemos el calor interior y el calor exterior solamente de aquellas cosas hermosas que nos hacen bien y poder así sentir luz y amor. Mantenemos nuestra propia fuente de energía.
El renacer será hermoso. Siempre lo es cuando el entendimiento a la vida y al amor, al miedo y a la muerte, es puro y real, auténtico.
Bàrbara Sarriera
Imagen capturada en una bella mañana otoñal y tímida. En el bello Mediterráneo.